jueves, 19 de abril de 2012

QUE NO NOS ENGAÑE EL DINERO..

Es curioso como cada día las personas se afanan por acumular riquezas, por hacer todo lo posible para vivir económicamente bien; preocupado por exhibir una vida sin necesidad material, porque al parecer, el dinero es lo único que proporciona la paz y la seguridad personal, pues todavía se cree que mientras más dinero se tenga mayor disfrute de la existencia humana se tendrá, y la propaganda consumista es lo que quiere presentar: un ser humano esclavo de la economía.

El dinero se ha convertido para muchos en el amuleto de la buena suerte, la esencia de la vida, la razón fundamental para luchar y sobrevivir. De esta concepción a nacido el famoso refrán popular que dice: “uno vale más por lo que tiene que por lo que es”, ignorando con ello, los sentimientos de ser humano, desvaluando los valores de la amistad, el amor, la sinceridad, la honestidad, etc., que aunque no son realidades físicas como el dinero, producen una satisfacción interior que trasciende la existencia humana.

Violencia, atracos, muerte y toda clase de maniobra, están utilizando los hombres sin educación y sin honestidad para igualarse a los que tienen un estatus estable en sus vidas. La envidia y la falta de conciencia moral están llevado a las personas a absolutizar el dinero y a convertirlo en el dios de su felicidad, por esto decía el estadista y científico estadounidense Benjamín Franklin: “de aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero”, pues apostará todo cuanto tiempo para quitárselo a quien lo posea por hacer rico y para asegurar su futuro.
¿Cuándo será que las personas van entender que la verdadera riqueza no está en el dinero? ¿Qué el dinero sólo es un medio y no un fin en sí mismo para lograr la felicidad tan anhelado por todos? Ante esta realidad, decía José Narosky, un escritor argentino, que “la pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”, y esta es la principal causa que ha generado un mundo que prefiere liberar la economía y esclavizar la dignidad humana, como sostiene el filósofo español Carlos Díaz.
Que el dinero no nos engañe, no permitas que cataloguen al otro como una mercancía, como un producto más de la sociedad; que puedo comprar y vender a mi antojo, porque es justo reconocer que la libertad, la fraternidad y la igual social tienen y deben estar por encima de cualquier otra realidad humana. Hay que recordar además, lo que dijo Platón, ese gran filósofo griego, cuando sostenía que “quien cambia la felicidad por el dinero no podrán cambiar el dinero por la felicidad”, porque el dinero se termina, se gasta, se pierde, sin embargo, la vida, los amigos, los conocimientos y los buenos principios humanos permanecen, trascienden y definen la esencia del ser humano, y son los que verdaderamente llenan el corazón de felicidad al ser humano.
Luis Alberto de León Alcántara
El autor es: Seminarista,

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